7/4/16

Ibuprofeno, un aliado eficaz [7-4-16]


Ibuprofeno, un aliado eficaz

El ibuprofeno, uno de los antiinflamatorios no esteroideos más conocidos, se ha convertido en uno de los más demandados para combatir todo tipo de dolores e inflamaciones de origen reumático.

Los científicos han descubierto, además, sus posibles propiedades en la lucha contra enfermedades más graves, como el Alzheimer, el cáncer y el Parkinson.

Hace cuarenta años, el ibuprofeno fue presentado en el mercado farmacéutico como una nueva droga de gran eficacia contra la artritis reumatoide.

Con el paso del tiempo, este antiinflamatorio no esteroideo, que se vende sin receta, se ha convertido en uno de los fármacos más demandados ya que se ha mostrado eficaz en el combate de las cefaleas, los dolores de muelas, las molestias musculares, las inflamaciones posoperatorias, los procesos febriles y los dolores menstruales, entre otras patologías. Además, es un medicamento muy utilizado para calmar los dolores de origen reumático.

La composición química del ibuprofeno impide la formación en el organismo de unas sustancias denominadas prostaglandinas, que son las causantes de dolores e inflamaciones.

Enfermedades más graves

Además de combatir las patologías leves referidas, el ibuprofeno puede ser un auxiliar eficaz en enfermedades más graves, como el Alzheimer, el cáncer y el mal de Parkinson, de acuerdo con investigaciones recientes.

Según un estudio publicado en la revista "Neurology", las personas que tomaron regularmente ibuprofeno durante cinco o más años redujeron el riesgo de sufrir Alzheimer en un 40 por ciento.

Los investigadores de la Universidad de Boston (EE.UU.) que realizaron el estudio descubrieron, además, que las personas que utilizaron antiinflamatorios también redujeron las posibilidades de sufrir la demencia en un 25 por ciento.

Los hallazgos confirman los resultados de otros estudios previos, aunque los expertos alertan de los problemas gastrointestinales relacionados con el consumo a largo plazo de esos analgésicos.

"El debate (sobre las ventajas del ibuprofeno) lleva algún tiempo abierto", manifestó William Thies, vicepresidente de la Asociación de Alzheimer de EE.UU. en declaraciones al diario "The Washington Post".

"Este ensayo es lo suficientemente amplio y los resultados lo suficientemente buenos como para que se reabra el debate", añadió Thies, quien también señaló que sería recomendable hacer un estudio de prevención con ese tipo de medicamentos.

Thies insistió, de todos modos, en que por el momento las conclusiones no son lo suficientemente firmes como para que la gente empiece a tomar ibuprofeno, u otro tipo de analgésicos, para disminuir el riesgo de demencia.

El estudio se centró en el análisis comparativo de las historias clínicas de unos 50.000 veteranos de guerra de edades superiores a los 55 años, diagnosticados con Alzheimer, con las de otras 200.000 personas que no padecen ningún tipo de demencia. Los científicos analizaron datos sobre prescripción de fármacos durante un periodo de cinco años.

Steven Vlad, director del ensayo y reumatólogo, subrayó no saber exactamente cuál es el mecanismo que reduce el riesgo de Alzheimer en aquellos que consumieron de forma prolongada ibuprofeno.

"Puede que tenga que ver con la reducción de la inflamación en el cerebro, neutralizando un componente de las placas que caracterizan el Alzheimer, o algún proceso no identificado", destacó.

Cáncer de estómago

Otro experimento dado a conocer por la revista médica "British Journal of Cancer" revela que la ingesta de analgésicos como la aspirina o el ibuprofeno pueden reducir el riesgo de cáncer de estómago.

La investigación, dirigida por el doctor Christian Abnet, del Instituto Nacional del Cáncer de Maryland (EEUU), se basó en el seguimiento sanitario de 311.115 personas durante un periodo de siete años.

Los miembros del equipo de investigación concluyeron que quienes tomaron aspirinas tenían un 36 por ciento menos de probabilidades de contraer determinados tipos de cáncer de estómago que aquellos que no habían recurrido a ninguno de esos fármacos. Asimismo, las personas que ingirieron otros medicamentos similares, como el ibuprofeno, reducían el riesgo de sufrir ese tipo de cáncer en un 32 por ciento.

De los participantes en el estudio, el 25 por cierto dijo haber tomado aspirina a diario, en tanto que el 10 por ciento manifestó haber ingerido todos los días otros analgésicos.

Antes de la publicación de este estudio, los científicos habían comprobado que la aspirina disminuye el riesgo de cáncer de colon, aunque no suele recomendarse su ingesta porque sus efectos secundarios producen hemorragias en el estómago.

En este sentido, está científicamente demostrado que entre el 10 y el 15% de la población tiene tres veces más riesgo de que el consumo de determinados analgésicos le provoquen hemorragia gastrointestinal porque, debido a su herencia genética, posee en sus células una variante concreta de una enzima.

En relación con esta evidencia, Abnet afirmó que el resultado de la investigación muestra que la aspirina o el ibuprofeno reducen el riesgo de cáncer en la parte media o inferior del estómago, pero no en la zona superior de ese órgano.

"Por tanto, es importante que continuemos revisando los datos que sugieran lo contrario", admitió el profesor de Maryland.

Lesley Walker, directora de información de Cancer Researh UK, asociación británica de lucha contra el cáncer, rebatió por su lado los resultados del estudio asegurando que aún "es demasiado pronto para recomendar a la gente que tome aspirina para protegerse de esos tipos de cáncer".

Mal de Parkinson

Por último, un tercer estudio a cargo de científicos de la universidad de California y publicado por la revista "Neurology", indica que la aspirina o el ibuprofeno reducen el riesgo de que una persona sufra el mal de Parkinson.

El mal de Parkinson es una enfermedad que se caracteriza por la muerte de las neuronas que producen dopamina, un neurotransmisor vinculado al movimiento.

Los científicos estudiaron los casos de 579 hombres y mujeres, la mitad de los cuales sufría el mal de Parkinson. Se les consultó si habían tomado aspirina o algún otro tipo de medicamento antiinflamatorio no esteroide una vez a la semana o más durante algún momento de su vida. Los investigadores concluyeron que los consumidores de estos analgésicos tenían menos posibilidades de sufrir del mal.

Según Angelika Wahner, participante en la investigación, las mujeres que tomaban una aspirina regularmente redujeron el peligro de Parkinson en alrededor de un 40 por ciento.

"Con estos resultados y ante la creciente carga que representa el mal de Parkinson a medida que la gente envejece, existe la creciente necesidad de hacer más estudios para explicar por qué estos medicamentos cumplen esta función protectora", dijo la experta, mientras que la epidemióloga Beate Ritz afirmó que es posible que el agente antiinflamatorio de estos medicamentos sea el que proporcione esta función protectora aunque no se conoce bien el mecanismo.
 

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