16/2/07

Los psicofármacos han incrementado su venta entre los menores de treinta años

El estrés, la ansiedad, la depresión o los trastornos del sueño están destrás de este aumento.

Valencia, 16 febrero 2007 (mpg/AZprensa.com)

Una investigación realizada en la Universidad CEU Cardenal Herrera ha constatado el aumento en el número de jóvenes menores de 30 años que consumen medicamentos para combatir la ansiedad, la depresión o trastornos del sueño. El estudio, según informó la institución académica en un comunicado, "demuestra la necesidad de la aplicación de la atención farmacéutica en los jóvenes".

Atención Farmacéutica en pacientes jóvenes que consumen ansiolíticos, hipnóticos y antidepresivos es el nombre de este estudio que señala que los jóvenes que consumen medicamentos por depresión, ansiedad o trastornos del sueño es "más elevado de lo que señalan las encuestas nacionales de salud".

La investigación ha sido realizada por Sonia Antich y dirigida por los doctores Lucrecia Moreno Royo y Vicente Rodilla, titulares del Departamento de Fisiología, Farmacología y Toxicología de la Universidad CEU Cardenal Herrera. En ella, se pone de manifiesto "la necesidad de una mayor atención farmacéutica a jóvenes que consumen psicofármacos" ya que "hasta el momento no se les ha prestado la misma atención que a los ancianos, por ser un grupo de edad supuestamente menos medicado y con menos enfermedades".

Según los datos obtenidos del estudio, se ha comprobado que la población joven de entre 18 y 30 años con depresión, acude más al psiquiatra y es principalmente este facultativo quien les prescribe el tratamiento. Asimismo, se ha detectado que la duración de los tratamientos para la depresión en los hombres y mujeres con edad inferior a 30 años encuestados es, según Antich, "en muchos casos inferior a lo recomendado" y que, sin embargo, en los casos de trastornos del sueño y de la ansiedad "la duración es, también, en muchos casos, superior a la recomendada por el mismo médico".

Esto "puede deberse a posibles casos de abuso o dependencia por parte de los pacientes tratados por ansiedad o insomnio", indicó la investigadora. Por otro lado, explicó que "las actitudes de abuso o dependencia parecen ser habituales en este tipo de tratamientos que, además, pueden generar tolerancia a estas sustancias y, en consecuencia, a largo plazo provoca la ineficacia del medicamento en cuestión".

El estudio concluye que la automedicación "se apunta como una práctica habitual", según los datos recogidos, y que las posibles causas definidas pueden ser "la falta de efecto inmediatos de los antidepresivos frente al efecto rápido con los fármacos para el insomnio y la existencia de numerosas especialidades farmacéuticas publicitarias, con esta indicación".

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